Estuve examinando el pliego petitorio del movimiento Yo soy 132, al iniciar con mi lectura, este párrafo llamó mi atención:
“Queremos que la situación
actual de miseria, desigualdad, pobreza y violencia sea resuelta. Las y los
jóvenes de México creemos que el sistema político y económico no responde a las
demandas de todos los mexicanos.”
Empezamos con las utopías, no
es posible que la miseria, desigualdad y pobreza sean resueltas, tal vez hasta
cierto punto se puedan aminorar pero nunca se podrá evitar, a menos que el país
se vuelva comunista. Entonces sí, todos seremos aparentemente “iguales”. Pero a
mí en lo personal, el comunismo no me llama la atención ni me interesa. Por
otro lado, yo igual quiero muchas cosas, mas no se trata en solamente querer sino
proponer. Hasta ahora no conozco ningún sistema de gobierno, ni económico que garantice
la igualdad de los ciudadanos. Es como pedirle peras al olmo.
Con respecto a sus demás peticiones
no puedo estar en desacuerdo, yo igual quisiera que los medios de comunicación cumplieran
con la ética que se supone está implícita al tener que proporcionar información
objetiva. Nuestra queja puede ser todavía más fuerte si apagamos la televisión
o si elegimos ver otros canales.
Ahora bien, no se puede poner
todo el peso en los medios de comunicación, olvidando que la gente tiene que
hacer un esfuerzo por ser crítica y dejar la ignorancia. Si la tele, la radio y
los periódicos no quieren ser la fuente de la verdad, hagámoslo nosotros, no únicamente
con marchas, sino imprimiendo información, repartiéndola, haciéndola accesible para aquellos que no cuentan con internet. Sembrando la duda
entre la otros acerca de la supuesta realidad del país; creando nosotros los
medios hacia la verdad. Si aún con esto, ciertas personas quieren seguir
creyendo en falacias, entonces son ignorantes por convicción. No hay algo que
se pueda hacer por ellos.
El movimiento Yo soy 132 más
que una queja hacia las televisoras, debería ser una queja hacia los
periodistas que no cumplen su deber con la sociedad, que anteponen los
intereses de sus empresas por encima de los principios éticos que deben
fomentar y proteger. Sé que tienen ganarse el sustento como cualquier otro
mexicano, pero ellos escogieron seguir esta carrera. También sé que
cada quien tiene derecho a pensar como se le venga en gana, apoyar a quien se
le venga en gana y defender lo que se le venga en gana; mas no hace falta que
para lograrlo engañemos a la sociedad tergiversando los hechos. Si una idea no
puede sostenerse por falta de fundamentos, si no puede respaldarse sin
mentiras, entonces no es una idea que deba ser defendida, ni esparcida.
Por último les dejo el pliego petitorio del movimiento: